

Cerca del 72 % de la masa libre de grasa del cuerpo humano está compuesta por agua. Diariamente se pierde, en orina 1,500 ml, transpiración 400 ml, respiración 300 ml, deposición 150 ml. Una ingesta adecuada sería equivalente a recuperar lo perdido. Cerca del 80 por ciento de las necesidades diarias de líquidos las aporta la ingestión de bebidas; el resto se adquiere a través de los alimentos sólidos.
México ocupa uno de los primeros lugares en el consumo de bebidas adicionas con azúcar es decir con aporte energético (refresco, Jugos de frutas, aguas frescas, café preparados). Cerca del 20% del consumo calórico diario proviene de ellas.
Existe evidencia de que las bebidas provocan menor saciedad que los alimentos sólidos y que las bebidas azucaradas se asocian con mayor riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes.
Los padecimientos asociados a una deshidratación son: Dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres, dolores musculares, adormecimiento de extremidades, alteraciones de la vista, dificultades para tragar, deshidratación.
Mientras que los beneficios de tomar agua potable son: hidrata y contribuye a la eliminación de desechos del organismo, permite la absorción en el cuerpo, mantiene el equilibrio hídrico interno, el sistema digestivo se ve beneficiado ya que la fibra dietética función mejor con agua, además de mejorar el desempeño mental, mejora el estado de ánimo, reduce el riesgo de contraer una enfermedad.
Algunas recomendaciones para mantenerse hidratado: consumir preferentemente agua o bebidas sin un aporte energético, disminuir el consumo de leches descremadas, café y té sin azúcar, reducir las de mayor aporte energético o endulzadas.
Evitar tener largos periodos sin consumo de bebidas, beber agua aun sin tener sed.
Para saber qué cantidad de agua se debe de consumir te recomendamos revisar la jarra del buen beber (http://www.gob.mx/issste/articulos/los-beneficios-de-la-jarra-del-buen-beber)